Si tienes que hacer un regalo y estás pensando que una joya puede ser una buena opción, ya has dado un paso acertado 
A continuación encontrarás un decálogo que debes tener en cuenta para no fallar:
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| Recuerda que el estilo personal es lo que nos hace únicos a cada uno |
1. ¿Alergia a los metales? Si vas a regalar una joya, ten en cuenta si esa persona es alérgica a los metales. Si es así, normalmente lo será a casi todos menos al oro. Moraleja: si tienes dudas no te la juegues y gástate un poquito más 😉
2. ¿Con qué piedra o fósil se identifica? Creas en ello o no, las piedras preciosas, semi preciosas y fósiles, tienen propiedades conocidas y empleadas desde la antigüedad para cientos de
curas. Elige una con la que puedas transmitir un mensaje concreto y conseguirás hacer un regalo más especial.
3. ¿Cuál es su color preferido? Otra opción es elegir la joya por el color de la piedra. Si apuestas por una gema de su color favorito o el que más use a la hora de vestir, la
combinará más con sus prendas y le dará más uso.
4. «A buen entendedor, pocas palabras bastan». No te empeñes: si nunca se pone pendientes, es porque no le gusta llevarlos, si le cuelgan muchas pulseras de su muñeca, probablemente le encanten y cada una tenga un significado o sea un regalo, si siempre lleva plata y jamás oro, lo más seguro es que no le guste ese metal… Uno de los errores más grandes que se cometen a la
hora de hacer un regalo, es comprar algo que nos guste a nosotros y no pensando en lo que le gusta a esa persona.
5. ¿Qué significado quieres que tenga? Ten claro que, dependiendo de la joya que elijas, se la pondrá muy a menudo o la dejará para ocasiones especiales. Cualquiera de ambas opciones
tiene un lado positivo, simplemente decide si prefieres ser un pantalón vaquero o un vestido de fiesta.
6. ¿Se trata de un anillo?
Si la respuesta es afirmativa, es imprescindible que conozcas la talla. Si el anillo le queda pequeño tiene difícil arreglo y si le queda grande, no siempre se puede acortar, a diferencia de lo que piensa mucha gente. Si lleva piedras incrustadas, éstas pueden saltar al aplicar el calor para manipular el anillo y, por tanto, regalo perdido.
7. «Oro parece, plata no es». Que veas un brillo dorado no significa que lo que tengas delante sea oro o si es plateado, que sea plata. Si no quieres regalar algo que se ponga negro con el paso del tiempo, pregunta siempre si el metal está contrastado. La guía más fácil es ver impreso, por ejemplo en la plata, el «925», pero también te digo que hay muchos joyeros fantásticos que están empezando y que no pueden aún permitirse pagar por ese sello, al mismo tiempo que también por ahí hay muchas piezas circulando en el mercado que llevan impreso el 925 y es falso.
8. Ojo con los baños. Los baños de oro y plata son una opción muy buena para comprar joyas a mejor precio pero si la persona a la que le vas a regalar esa joya es un poco perezosa, ¡ten cuidado! porque puede ser que no se la quite ni para ducharse y los baños se van perdiendo con los lavados. No se puede tratar la pieza como si fuera de un metal puro.
9. Diamonds are a girl’s best friend.
Si por casualidad la joya que eliges tiene la gema más deseada, elígela teniendo en cuenta las 4 C’s: talla, color, pureza y peso (cut, clarity, color, carat). Que un diamante sea más grande que otro (tenga más quilates) no significa necesariamente que sea más caro. La realidad es que un diamante pequeño puede ser más puro que uno con más quilates y por tanto, más caro. Consulta con tu joyero estas 4 características antes de comprarlo.
10. Piensa siempre en el servicio post venta.
Bromas aparte, nunca está de más que cuando regales una joya le recuerdes a esa persona afortunada que la reciba, unas nociones básicas de cómo cuidarla. Un básico es que no se debe perfumar ni poner cremas, aceites corporales, etc, con las joyas puestas. No es bueno ni para el metal ni para las piedras, que muchas veces llevan pegamentos especiales que se van perdiendo al entrar en contacto con el alcohol de los perfumes.