El color azul siempre me ha cautivado, en todas sus tonalidades. Desde el azul marino al turquesa. El azul marino para vestir, el celeste para los bebés, el turquesa para recordar el verano…
Los entornos que tienen azul me dan muy “buen rollo”, como el mar o como el cielo cuando apenas hay nubes. Además es un color que me trae muchos pensamientos y recuerdos y es protagonista de dos de mis películas preferidas: el lago azul y regreso al lago azul. Los paisajes son impresionantes y la trama es muy especial.
La Broke Shields más dulce nos enamoró para siempre con esta película
En estas películas lo que más me llama la atención es el turquesa de las aguas, impresionante, y no puedo evitar pensar en las piedras turquesas que tanto me gustan para inspirarme y crear nuevas joyas.
Sabiendo el amor que mi madre me ha inculcado por los pendientes (ella es incapaz de salir de casa sin llevarlos puestos), y teniendo en cuenta que ya presentamos un colgante único de cruz de plata con turquesas incrustadas, eme jewels no podía dejar de tener unos pendientes que le hicieran compañía.
Diseño eme jewels. 100 €. Modelo Letta L. Fotografía Kike Miranda. Peluquería y Maquillaje Zaida Muñoz
Tienen un tamaño medio para que puedan usarse tanto a diario como en alguna ocasión especial. La medida de las piedras se presta a poder jugar con la forma de la gota y permite combinarlos con la cruz o lucir los pendientes solos.
La Turquesa se extrae desde aproximadamente el año 6000 aC y es Oriente Medio donde se sitúan las minas más antiguas. Personalmente pienso que son perfectas compañeras de la piel bronceada y resaltan especialmente sobre la plata con acabado en brillo. Con lo cual, nos encontramos en el momento ideal para acompañar nuestros estilismos de turquesas, porque nos lucirán más que nunca y nos harán soñar prolongando la sensación tan confortable del verano.