Tan rápido como vino se fue, ¡adiós a la Semana Santa! Pero como
se suele decir «lo bueno, si breve, dos veces bueno«. Para mí
han sido unos días de descanso en mi tierra y disfrutando de familia y amigos.

Y es que aunque la familia nos resulte «pesada» en
muchas ocasiones, ¡cómo se echa de menos! Los constantes «ten cuidado, no
vengas tarde, ¿a dónde vas a cenar?» de tu madre, creo que se llevan de
por vida en la mente. Y me he dado cuenta de que, lejos de molestarme, me
gusta.
De mi madre he aprendido no sólo esas frases que a todos nos
suenan conocidas, sino muchísimos refranes populares y además de eso he
aprendido sus propios «mandamientos», por así llamarlos. Frases
inventadas por ella o por su madre o por antecesores, que ella repite cada día
con su gracia y su ternura. La que hoy nos atañe es «nunca salgas de
casa sin los pendientes
«.
Y es que sin duda los pendientes son ese accesorio que adorna el rostro, ese
accesorio que acompaña a un peinado o que delimita un escote. Hay mucha gente
que suele llevar siempre los mismos zarcillos puestos y no se los quita ni para
ducharse, ni dormir, ni ir a la playa. Hay quiénes siempre apuestan por
pendientes largos y quiénes prefieren zarcillos pequeñitos para diario.

Pendientes de oro blanco y piedra Lapislázuli (cpv). También disponibles en plata. Diseño y creación eme jewels. Fotografía Kike Miranda
Hace poco mi madre cumplió 60 años y yo estaba haciendo mis
pinitos en esto de la joyería, con lo cual decidimos regalarle una joya y no podía ser otra que unos pendientes. Además de los
pendientes le regalamos un anillo a juego, pero eso lo dejaremos para otro
capítulo. Para mí fueron piezas muy especiales de hacer, no sólo por el 60
cumpleaños de mi madre sino porque fueron las primeras que hice en oro blanco. La ocasión
lo merecía.
Por supuesto llevaban una piedra y no se me ocurría mejor opción
que el Lapislázuli, que
como ya comenté en otro post,
es una piedra con mucha fuerza y de mi color preferido, el azul.
Diseño sencillo y elegante, con un tamaño genial para llevarlos tanto a diario como en ocasiones más especiales
El azul es un color que le gusta a casi toda la gente, por algo están las empresas Dove y Beiersdorf (Nivea) luchando en los tribunales de Alemania por apropiarse del mismo. Es un color que transmite confianza y
tranquilidad: el mar, el cielo… Y sienta bien a todo el
mundo. De mis favoritos para vestir, en todas sus versiones, pero sobre todo el azul marino, un básico
precisamente en el armario de mi madre.
Y ya que hablamos de armarios, comparto mis últimos
descubrimientos: dos marcas de ropa muy chulas en las que he fichado justamente
dos prendas fetiche en tonos azul. Las descubrí en un pop up de Madrid que
suele tener cosas interesantes, Maquis&co (calle Maldonado, XX).
Una de ellas es Adamina,
Me quedé prendada de este kimono azul que compramos para una amiga por su
cumpleaños. La otra es Paniculata,
ideal el short vaquero de azul desgastado.
Kimono Adamina
Shorts Paniculata
 Ambas propuestas combinan genial con estos pendientes, pero si el
outfit es para mi madre, sin duda me quedo con el kimono :)
¡Feliz regreso a la rutina!

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