«Los sentimientos y las emociones son el lenguaje universal que debe ser honrado. Son la expresión auténtica de quiénes somos» Judith Wright
Hoy quisiera dedicar este post a un elemento clave en la joyería, que influye claramente en el precio de las joyas y que va más allá de un valor monetario, que da vida a cada pieza: las piedras.
Desde tiempos ancestrales, las gemas han sido objeto de deseo por los cientos de usos emocionales, curativos y de poder adquisitivo y social que representaban. Los equipcios decoraban los elementos de los faraones como coronas o ataúdes con Lapislázuli, la filosofía hindú ligaba el Crisoberilo al aumento de salud y prosperidad, se dice que los vikingos utilizaban la piedra solar para atrapar rayos de sol y así ayudarse a navegar cuando los puntos de referencia no eran visibles.
Cuando me piden joyas personalizadas, sobre todo me esmero en elegir la piedra que mejor le va a esa persona. Por lo que transmite, por el color, por el uso que se le ha dado a través del tiempo, por lo que puede aportar a su portador: las emociones que transmita o que ayuda a canalizar.
«Las emociones son como caballos salvajes. No son explicaciones que nos ayudan a seguir adelante, sino nuestra voluntad de seguir adelante» Paulo Coelho
Es cierto que muchas personas son escépticas a todo este ámbito de emociones, de terapias alternativas, etc. Unos porque no lo creen y otros porque no lo quieren creer ya que no es lo convencional en la sociedad. Las gemas sin embargo van ligadas a potentes terapias como la colorterapia, cristaloterapia, meditación… Algo tan simple como los colores puede despertar emociones y transmitirnos sensaciones que nos ayuden en determinados momentos del día a día.
Los cristaloterapeutas son profesionales, escasos, cuya consideración aumenta debido a la corriente que ha puesto «de moda» la medicina natural china, homeopatía, acucpuntura o el reiki.
«Es muy probable que las mejores decisiones no sean fruto de una reflexión del cerebro sino del resultado de una emoción» Eduardo Punset
Pero creamos en todo ello o no, la realidad es que las personas somos emociones. Levantarnos «de bajón» un día a veces sin saber el motivo, conseguir morirnos de la risa o llorar de la pena simplemente con ver una película, asistir a la graduación de tu hermano pequeño o celebrar el 90 cumpleaños de tu abuelo… Todos esos momentos de la vida que la hacen tan grande, realmente se basan en emociones, en cómo nos sentimos en esos momentos y en cómo vivimos esa sensación.
Y pensar en poder contribuir a generar sensaciones positivas, poder crear una joya que quizás actúe como amuleto, dé seguridad o anime a quien la lleve, me llena de satisfacción ¡y eso sí que es una emoción!.
¿Quieres saber cuál es «tu piedra»? Quieres una joya hecha especialmente para ti? Escribe a info@emejewels.com