Se suele decir muchas veces «¡ay, cómo es la vida!» o «qué difícil es vivir». Frases similares nos inundan cada día en conversaciones, sobre todo y lamentablemente, cuando ocurre alguna desgracia. Y sí, es cierto que la vida es complicada, unas veces porque lo es y otras porque nos la complicamos nosotros mismos.

Personalmente he pasado una etapa un poco convulsa en la que, entre otras cosas, ha fallecido uno de mis tíos. Pepe llevaba 23 años luchando contra un enemigo mortal: la esclerosis múltiple.

Ha sido muy duro ver cómo alguien a quien quieres se va poco a poco, muy lentamente, sin poder hacer nada. Es en estos momentos cuando te preguntas esas grandes incógnitas de la vida como «¿por qué pasa esto? ¿por qué el de allá arriba lo permite?» y numerosas cuestiones que, muy posiblemente, jamás tendrán respuesta.

Sin embargo, mi tío Pepe no sólo fue el mejor de los enfermos sino que era feliz o, al menos, así lo dejaba ver a los demás. Jamás borró su sonrisa, incluso cuando le preguntabas que cómo estaba y él respondía «jodido» o «no mejor que tú», lo hacía con una carcajada. Siempre dijo que era un hombre afortunado que vivía en una residencia a la que llamaba «hotel de 5 estrellas», que tenía unas hijas maravillosas, una familia que lo quería y que pudo viajar y trabajar en algo que le gustaba, además de conocer a sus dos pequeños nietos antes de irse.

En momentos como éste, te das cuenta de lo importante que es vivir como uno quiere. De lo importante que es dedicar tiempo a lo que verdaderamente nos llena, porque no sabes en qué momento tendrás que dejar de hacerlo. Y no hablo de esforzarte en hacer algunas cosas que no te gusten o te den pereza, como cita Mecano «y me cuesta un rato hacer las cosas sin querer», hablo de en qué ocupamos nuestra mente y dedicación diaria. Es en estos momentos cuando te paras a pensar y a replantearte tu vida, aunque la rutina y el estrés hagan que esa meditación te dure dos días.

Con toda esa meditación flotando, echo un vistazo a mi vida actual y valoro todo lo que tengo y lo que he ido haciendo a través del paso del tiempo. Es ahora cuando más me alegro de haberme lanzado a la piscina con este proyecto, eme jewels, que ocupa un rincón de mi mente y de mi tiempo. Quién me diría a mí cuando decidí poner en marcha la maquinaria que hubiera revistas que publicaran las joyas eme o que pasaran cosas que me ilusionaran y me retaran tanto como las que desvelaré próximamente… Nadie. Nadie puede decirnos lo que pasará, simplemente «el que no arriesga, no gana».

una-sonrisa-1

eme jewels en la revista Avenue Illustrated – Septiembre/Octubre 2015

 

eme jewels en Vogue - Octubre 2015

eme jewels en Vogue – Octubre 2015

PD: A quienes me lean a menudo y entraran queriendo encontrar una nueva joya, les pido perdón, pero es en estos momentos de la vida cuando más cuenta te das de que las verdaderas joyas y tesoros que tenemos y que debemos cuidar al máximo, son las personas que nos rodean y a las que queremos. Hoy me permito dedicarle este post a una de mis joyas que se ha ido para siempre y que quedará en mi memoria eternamente.

Otros posts que te pueden interesar