Qué tiempos tan difíciles estamos viviendo, estas escenas parecen sacadas de una películas de ésas que tan poco me enganchan, de ésas que tratan del fin del mundo, de que nos convertimos en zombies o de que aparecemos solos en algún lugar, ahora destrozado, que solía llamarse ciudad.

Pero, hablando de ese tipo de películas, sí hubo una que me llamó la atención, se llama IN TIME. Para los que no la hayan visto, trata de cómo en el futuro estaremos en este mundo a base de comprar tiempo. Sí, comprar. Pagas por cada minuto de vida y llevas en tu brazo un contador del tiempo que tienes comprado. Lógicamente, a más rico eres, más tiempo vives, y la clase trabajadora se deja la piel para poder comprar su vida durante el próximo mes. ¿Y los pobres? ¿los homeless? Directamente ni existen, no se pueden permitir vivir.

No hay mayor verdad que esa frase que tanto decía mi abuelo «desde el día en que nacemos a la muerte caminamos, no hay cosa que más se olvide ni que más cerca tengamos». Sin embargo, muchas veces nos sentimos invencibles, pensamos que lo que realmente importa es nuestro trabajo, progresar en la empresa, comprarnos una casa más grande, tener el mismo jersey en todos los colores, cenar en el garito de moda… La muerte no va con nosotros, nos sobra el tiempo para el resto de cosas…

Ha tenido que llegar una pandemia, morir miles de personas, hacer caer en picado a la economía mundial y obligarnos a quedarnos encerrados en casa para darnos un bofetón de realidad. Cada uno estará reflexionando a su manera y sacando sus conclusiones. Yo he pensado principalmente en qué necesito realmente para vivir, he pensado y reafirmado mi compromiso por consumir responsablemente, valorar lo auténtico y seguir reciclando e intentando contaminar lo menos posible. 

 

taller eme jewels_05

 

Y entre medio de toda esta reflexión y este momento, me apetecía escribir un post dedicado a todos los artesanos. A todos los que luchamos contra la corriente de la globalización creando piezas a pequeña escala, localmente, con nuestras manos, esperando que alguien valore su particular belleza. Lo dedico a los que hemos tenido que cerrar nuestros talleres para confinarnos en casa pudiendo poco hacer teletrabajando. Lo dedico a todos los autónomos, a los pequeños comercios, a todos los que siempre quisieron montar su negocio y lo hicieron ilusionados aunque ahora se encuentren aquí y así. Lo dedico a los que, como yo, abandonaron el glamour de una multinacional para acabar cada día con las manos negras de trabajar con metal y fuego. A los que hemos emprendido y a los que ven peligrar sus trabajos y viviendas. Lo dedico a los que contribuyen con su día a día a un trabajo sin explotación de mano de obra y a los que permiten seguir dando vida al nombre «artes y oficios».

A todos los joyeros, especialmente, GRACIAS por regalar tiempo. Puesto que solo nosotros sabemos la de horas que echamos en cada pieza que vendemos y cómo esa pieza sí sobrevive al paso del tiempo y sigue en la tierra generación tras generación aunque quizás, quien la compró, ya se haya marchado al cielo.

No sé dónde nos llevará esto, pero creo y confío en que esta bofetada de realidad nos hará mejores, a todos y cada uno. Y si ya de por sí lo era antes, ahora más que nunca, voy a apoyar el trabajo artesano, la tienda de barrio y el producto español.

Ánimo y salud!

 

 

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